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El orden sí importa: cómo secuenciar la enseñanza de las letras en educación infantil

Los niños con buena conciencia fonológica suelen tener un mejor rendimiento en lectura y escritura, ya que son capaces de comprender la relación entre letras y sonidos con mayor facilidad. Además, todos sabemos que sin conciencia fonológica no hay lectura ni comprensión. Pero, ¿qué otros factores influyen en este desarrollo?, ¿qué criterios se deben seguir para enseñar las correspondencias grafema-fonema?
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La comprensión oral, uno de los pilares del aprendizaje de la lectura

En la enseñanza de la lectoescritura en Educación Infantil, es fundamental comprender que el desarrollo de la conciencia fonológica es la base sobre la cual se construye la habilidad de leer y comprender textos escritos. La conciencia fonológica se refiere a la habilidad para reconocer y manipular los sonidos del habla en palabras habladas. Esta habilidad es fundamental para la lectura, ya que permite a los niños entender que las palabras están formadas por sonidos individuales y que estos sonidos pueden representarse mediante letras en la escritura.

La relación entre la lectura y la comprensión es crucial para entender la importancia de la descodificación en el proceso de enseñanza de la lectura. La descodificación, es decir, la habilidad de convertir los símbolos escritos en sonidos y palabras, es el primer paso para comprender un texto. Sin embargo, no es un proceso aislado; está estrechamente ligado a la comprensión oral y escrita. Como señala el neurocientífico Stanislas Dehaene, la comprensión escrita es el producto de la descodificación y la comprensión oral, y ambas habilidades deben ser desarrolladas en paralelo desde el inicio del aprendizaje.

El fracaso en la comprensión tanto puede derivarse de una descodificación deficiente de las palabras escritas como de una comprensión deficiente del lenguaje oral.

Es más, incluso un nivel bajo de vocabulario en lenguaje oral, determina la facilidad con la que se desarrollará la comprensión lectora. Como nos contó Anna Forés codirectora de la Cátedra de Neuroeducación de la Universidad de Barcelona, en esta entrevista que le hicimos en directo, hay que ampliar notablemente el vocabulario de los más pequeños y, para ello, la lectura en voz alta es una excelente estrategia.

La enseñanza explícita del principio alfabético y de las correspondencias grafema-fonema

Otra de las claves que aseguran el éxito en el aprendizaje de la lectura es la enseñanza explícita del principio alfabético y de las correspondencias grafema-fonema. Para conseguir un progreso efectivo en la enseñanza de la lectoescritura en infantil, es fundamental seguir una secuencia lógica y sistemática. 

Compartimos algunos criterios importantes para secuenciar la enseñanza de las letras, basados en las recomendaciones del neurocientífico Satalislao Dehaene y teniendo en cuenta que están enfocadas para el aprendizaje del español:

  • 1. Sistematizar la enseñanza de las correspondencias grafema-fonema. Es clave secuenciar la enseñanza de las letras. Para escoger el orden, deben tenerse en cuenta cuestiones como comenzar con letras cuyas correspondencias con los sonidos estén desprovistas de ambigüedades y progresar en dificultad teniendo en cuenta la ambigüedad del grafema. La progresión sistemática debe ir de lo más simple a lo más complejo (sonidos más simples primero, por ejemplo, en consonantes, empezar por l, s, m, p) y también considerando la frecuencia de uso de las letras en la lengua. Además, es importante ir del grafema al fonema, para minimizar la carga de memoria. Por último, también hay que considerar la relación de las letras con el entorno.

  • 2. Progresión sistemática en la exposición a la lectura, de lo más simple a lo más complejo. Este principio consiste en controlar la frecuencia y regularidad de las correspondencias grafema-fonema al seleccionar las letras a enseñar. Hay que prestar atención a la complejidad de las sílabas y palabras al introducir nuevas correspondencias, comenzando con palabras monosilábicas y luego avanzando a palabras más complejas.

  • 3. Realizar revisiones regulares. Revisar regularmente los elementos aprendidos para facilitar la retención en la memoria y la automatización. Se pueden recuperar las letras curso a curso o dentro de la misma secuencia anual, en momentos clave dedicados a practicar.

  • 4. Proporcionar palabras y textos descodificables. Evitar que los niños vean la lectura como una adivinanza, proporcionando palabras y textos que contengan relaciones grafema-fonema ya conocidas. Además, con relación a las letras, hay que evitar decorar el grafema poniéndole cara o brazos, elementos que pueden interferir en la identificación de la letra escrita.

  • 5. Incrementar la longitud de los textos conforme avanza el aprendizaje. Hay que controlar la extensión, permitir que los niños se enfrenten a estructuras sintácticas más variadas y que se acostumbren a la estructura escrita del lenguaje al proporcionar textos más largos y complejos. Empezamos por grupos vocálicos y consonánticos hasta llegar a las palabras, las frases cortas y los textos largos.

Todos estos criterios se centran en la secuencia de las letras, pero en ningún caso dejan a un lado aspectos como la exposición a palabras y textos, las conversaciones y la lectura de cuentos, que fomentan el desarrollo del uso social de la lectura y su motivación hacia ella.

¿Cómo lo trabajamos en el aula de infantil?

La enseñanza de la lectura y la escritura en educación infantil requiere una cuidadosa planificación y secuenciación. Al seguir criterios claros y sistemáticos, los maestros pueden ayudar a sus alumnos a desarrollar habilidades sólidas en descodificación y comprensión que servirán como base para su éxito futuro en la lectura.

En tekman Education, sabemos que un buen nivel de concienciación fonológica es clave para el éxito del alumnado a la hora de aprender a leer, y así lo trabajamos en Ludiletras, nuestro programa de lectoescritura para infantil y primer ciclo de primaria.

En Ludiletras, leer y escribir son habilidades que se adquieren de forma paralela, y este proceso sustenta la mayoría de los aprendizajes académicos que se darán en un futuro. Un buen nivel de capacidad lecto-escritora es la base de todo el desarrollo del niño en su ámbito curricular.

Desde la perspectiva sintético-fonética, el aprendizaje de la lectura y la escritura se realiza letra por letra, empezando por las vocales y continuando con las consonantes. El objetivo es que el niño aprenda el código alfabético como paso previo al aprendizaje de la lectura y que relacione el grafema con el fonema. Inicialmente, se producen fonemas por separado, después se forman palabras, y la sucesiva combinación de estas da lugar a frases, integrando todos los aspectos comentados a lo largo de este artículo. Es una forma de acceder a la lectura en que la comprensión no se alcanza de manera directa, sino que requiere de un proceso de transformación de lo escrito en lo oral.

Simultáneamente, también se propone partir del modelo del grafema-objeto de aprendizaje, que se muestra aislado e incluye el patrón motor (dónde se inicia y cómo deben transcurrir los trazos y en qué orden) para favorecer la imitación correcta y asentar, mediante los ejercicios, una imagen grafomotora adecuada, atendiendo al punto de inicio, al sentido y al orden de los trazos.

Recuerda, el orden sí importa: establecer bases sólidas desde el principio es fundamental para el desarrollo integral de los niños en el ámbito de la lectoescritura.

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Esperanza Mejías

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