Tiene 37 años y es profesor en una pequeña aldea de Kenia. También es padre franciscano. Peter Tabichi da clases en la Keriko Secondary School, un colegio en el que el 95% de sus alumnos son pobres, y ganó hace algunos meses el premio al mejor profesor del mundo (Global Teacher Prize 2019) por su éxito al enseñar a generar electricidad a través de extractos de plantas o por inventar, junto a sus alumnos, un dispositivo para que personas ciegas y sordas midan objetos, entre otros proyectos. ¡Un verdadero revolucionario educativo!
Con muy pocos recursos y en un entorno difícil, Tabichi ha transformado la manera de dar clases: utiliza pocos libros de texto, organiza a sus alumnos en pequeños grupos de trabajo y contextualiza siempre las lecciones que da, aplicando la teoría a casos prácticos del día a día que puedan usar sus alumnos.
Tal y como él mismo dice, «los profesores no deberían invertir tanto tiempo en dar clases magistrales», y más en incorporar «los mejores métodos y la tecnología« para conseguir que los alumnos no solo entiendan lo que hacen, sino que también disfruten y sepan aplicar rápidamente lo que aprenden para afrontar los retos a los que se enfrentan.
«Debemos hablar menos y hacer más» es su frase favorita… ¡y nos encanta!
Una fórmula que le ha valido para ganar el que muchos llaman el ‘Nobel de Educación’, un premio que dota de un premio de un millón de euros al ganador. Tabichi ya ha dicho que donará el dinero a su comunidad, dejando claro que además de ser un gran profesor (el mejor del mundo) es una gran persona.