Oriol Ripoll es creador de juegos en Jocs al segon, una agencia que hace juegos para comunicar cualquier concepto, juegos educativos en definitiva. “¿Quieres explicar alguna cosa? ¡Nosotros te lo hacemos con un juego!”, explica.
¿Cómo es el proceso de creación de un juego?
Lo más importante es tener claro que un juego es una mezcla de diversión, reto y comunicación. El creador del juego tiene que escribir en un lugar visible tres preguntas que los acompañarán durante todo el proceso creativo:
- ¿Qué hace que me lo pase bien?
- ¿Cuál es el reto?
- ¿Cómo me relaciono con los demás?
¿Por qué son importantes estas preguntas?
La primera porque si un juego no consigue que me lo pase bien es un ejercicio. La segunda debe ser constante, puesto que si no hay reto ni motivación el jugador no seguirá. Y la última, si un juego no proporciona ninguna situación comunicativa puede convertirse en un ejercicio mecánico y repetitivo.
Una vez respondidas, el creador del juego debe preguntarse: ¿qué quiero que vivan los jugadores? Será entonces cuando comience a plantearse el contenido las habilidades, los valores y las actitudes concretas que se quieren trabajar.
¿Qué hace que un juego sea educativo?
Los juegos educativos no existen. Son juegos que los educadores utilizan para trabajar contenidos, actitudes, habilidades o valores. El juego, por sí solo, no tiene objetivos educativos, es la perspectiva del profesor la que le da sentido. Durante el proceso de creación es necesario asegurar que los jugadores se lo pasarán bien y que, a la vez, sucederán situaciones que servirán para que más tarde el educador haga reflexionar a su alumnado.
¿Qué aptitudes debe tener un creador de juegos?
Un creador de juegos tiene que ser un buen conector de ideas. Debe tener una mirada amplia de diferentes conocimientos y desde perspectivas diferentes, tiene que saber de muchas cosas diferentes para poder crear mecanismos e historias fantásticas. También debe tener un espíritu crítico muy acentuado para conseguir pulir todas sus creaciones.
El creador de juegos debe ser humilde, hacer muchas pruebas y estar dispuesto a romperlo todo y volver a empezar si los jugadores no se divierten o no se llega al objetivo deseado.
¿Qué es lo que más te gusta de la creación de juegos?
Lo que me parece más interesante es que se trata de un juego en sí mismo. Cada vez que inventamos un juego nuevo hay unas reglas impuestas por el entorno donde se jugará, el material, los tipos de jugadores…
Pero este juego dentro del proceso creativo no acaba aquí. Cuando comenzamos a hacer pruebas es necesario hacer muchos cambios y ver qué consecuencias tiene cada uno y si el resultado es el deseado.
¿Cómo vinculas conceptos educativos con los juegos que creas?
Los conceptos son importantes, pero no son el centro del proceso. Me gusta ver que están, pero que los jugadores no los perciben a la primera, quiero que la reflexión educativa llegue al final.
Creo que es un error saber que estás jugando “para aprender” o “para desarrollar” algo. El jugador debe preocuparse de jugar y enfrentarse al reto con los recursos de que dispone. Después será el educador el que se encargue de crear un sistema que le ayude a ver qué ha hecho, cómo ha actuado y qué ha aprendido.