La evaluación del siglo XXI es un elemento clave del proceso de Enseñanza-Aprendizaje, puesto que implica una gran cantidad de información para el docente y tiene consecuencias directas en el alumno. Por este motivo, deberíamos intentar favorecer el proceso de evaluación y permitir que los alumnos sean capaces de detectar las dificultades y de establecer mecanismos de mejora.
En ONMAT concebimos la evaluación como una parte fundamental del proceso enseñanza-aprendizaje. Se trata de una evaluación por competencias, continua y planteada siempre como una ayuda para el alumno. La evaluación en ONMAT es clara y transparente y permite al alumno conocer en todo momento su progreso y aquello que debe mejorar.
El eje transversal de la evaluación con ONMAT es la educación emocional: está pensada para fomental la Inteligencia emocional, desarrollar la autorregulación del aprendizaje y aumentar el conocimiento de uno mismo.
Asimismo, ONMAT trabaja las matemáticas desde las competencias para que el alumno sea capaz de aplicar en su día a día aquello que ha aprendido en el aula. En este sentido, la evaluación debe ser coherente con el tipo de aprendizaje que se lleva a cabo. Así, evalulamos a través de múltiples actividades contextualizadas que el alumno irá desarrollando a lo largo de un step. Todas las actividades fomentan el aprendizaje y, como tal, el docente puede registrar datos sobre los avances que va haciendo alumno.
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