Hoy en día es una obligación estar cada vez más concienciado sobre la importancia de cuidar la naturaleza, y los más pequeños, por norma general, no sienten especial atracción por conocer de dónde vienen los alimentos que consumen. En este artículo vamos a ver por qué deberíamos instalar un huerto en el patio de la escuela y qué beneficios puede traer a los niños utilizar este recurso educativo. ¡Empezamos!
En países nórdicos, además de Canadá o EE. UU., cuidar de un huerto urbano en un entorno escolar es un recurso afianzado como método de aprendizaje práctico y emocional. Cada vez más escuelas se están animando a crear un huerto escolar en su centro educativo como recurso pedagógico y por ese motivo podría ser una de las tareas más importantes y significativas de la próxima vuelta al cole.
Es importante que los alumnos usen el huerto en el colegio para desarrollar la sensibilidad por los recursos naturales y poner en práctica actitudes responsables y comprometidas con la sostenibilidad. ¿Qué mejor manera de conocer los tipos de alimentos y su origen que cuidándolos y observando su crecimiento?
Beneficios y ventajas del huerto escolar como recurso educativo
1. Mucho más que cultivar alimentos
Una de las principales razones para incorporar un huerto escolar es hacer que el alumnado —mayormente urbano— adquiera conocimientos sobre su entorno y entienda mejor el mundo que les rodea. Sabrán lo que cuesta producir los alimentos que consumen y tomarán conciencia sobre la importancia de hacer un uso responsable de los elementos que necesita el huerto escolar: agua, tierra, sol y aire.
Es importante entender que a través de un huerto escolar se fomentará el trabajo en equipo y el aprendizaje que desarrolla diferentes habilidades. Es básico que los alumnos experimenten y aprendan manipulando y por ello, un huerto escolar hará que se creen hábitos de trabajo muy positivos. Además, facilitará que toda la clase participe en su creación y conservación, por lo que fomenta la cooperación y las habilidades interpersonales. Todo el grupo puede participar en un mismo huerto o bien dividir a la clase en pequeños equipos con responsabilidades diferenciadas. Incluso podemos proponer ejercicios de creatividad para crear el huerto más original de la clase.
Trabajar con nuestros alumnos en un huerto escolar nos permitirá, además, profundizar en la importancia de la alimentación y la conveniencia de llevar una dieta y hábitos de vida saludables. Los espacios verdes, como los huertos, promueven la relajación y el descanso, esenciales para evitar trastornos no poco frecuentes, como el cansancio mental y el agotamiento psicológico.
2. Cualquiera puede tener un huerto en su escuela
La realidad es que existen muchas opciones, ideas e iniciativas que nos pueden servir como inspiración para empezar a idear y construir nuestro huerto. Una de ellas es, por ejemplo, reciclar materiales que están presentes en el aula y usarlos para crear un bonito y útil huerto escolar. ¿Qué tal usar botellas de plástico a modo de macetas cortándolas por la mitad?
También podemos utilizar los envases de yogures que vuestros alumnos consuman para usarlos como maceteros y plantar las semillas. O reutilizar neumáticos para ponerlos de forma estratégica en alguna zona del patio, por ejemplo, para usarlos como huertos. ¡Hay multitud de ideas geniales para construir y hacer crecer un huerto escolar sostenible!
Así pues, cojamos nuestras libretas de ‘Cosas que hacer este año en la escuela’ para apuntar en grande la creación de un huerto escolar. Es algo sencillo y asequible, que nos aportará muchísimos beneficios.