¿Qué son las funciones ejecutivas?
El concepto de “funciones ejecutivas” suena muy técnico, pero en realidad están presentes en todas las acciones diarias que requieren que tomemos decisiones. Son procesos cognitivos complejos que nos permiten anticiparnos a situaciones, planificar nuestra conducta, controlar nuestros impulsos y pensar de manera crítica.
La neurociencia recomienda entrenar las funciones ejecutivas desde la infancia, y por eso es clave diseñar actividades contextualizadas para trabajarlas.
3 funciones ejecutivas clave en el aprendizaje
Hay varios modelos de clasificación de las funciones ejecutivas, incluso podemos encontrar listados diferentes. Sin embargo, la mayoría de modelos destacan tres de estas funciones como principales:
Control inhibitorio
El control inhibitorio, como su nombre indica, es la capacidad de inhibir las respuestas impulsivas que sentimos, llegando a posponerlas, controlarlas e incluso reducirlas. De esta manera, logramos razonar y no reaccionar de forma automática. Esta capacidad está directamente relacionada con el autocontrol y la autorregulación emocional, y contribuye a la anticipación, planificación y al establecimiento de metas.
Un alumno con buen control inhibitorio podrá concentrarse mejor en una actividad y evitar distracciones, como ponerse a hacer garabatos, levantarse o mirar el móvil. Esta función ejecutiva se entrena a lo largo de toda la vida, pero tiene especial interés durante la etapa de Infantil, ya que es cuando los más pequeños empiezan a aprender a controlar sus impulsos.
Memoria de trabajo
La memoria de trabajo es una capacidad referida a la gestión de la información a corto y a largo plazo. Permite almacenar la información, mantenerla activa en la mente y servir de puente para incorporar nueva. Esta función está relacionada con otros procesos cognitivos complejos, como la toma de decisiones, el razonamiento y la planificación.
Un buen dominio de la memoria de trabajo es importante para que el alumno lleve a cabo muchas de las tareas que hacemos en el aula. Por ejemplo, se puede entrenar haciendo un dictado, con ejercicios de cálculo mental y otras actividades que se van construyendo sobre la base de información o conocimientos previos.
Flexibilidad cognitiva
Gracias a la capacidad de flexibilidad cognitiva podemos modificar una acción o un pensamiento cuando una acción previa no ha dado los resultados esperados. Se trata de la habilidad para adaptarse a las circunstancias o a los cambios inesperados, y está vinculada con la creatividad, el pensamiento divergente y la adecuación al entorno.
Un alumno con buena flexibilidad cognitiva sabrá cómo afrontar un error y diseñar nuevas estrategias para conseguir sus objetivos. De esta forma, evita sensaciones de malestar o frustración y demuestra una rápida respuesta adaptada a las necesidades. Una buena forma de entrenar esta habilidad es, por ejemplo, hacer un debate en clase, ya que los alumnos aprender a ver una misma temática o situación desde diferentes puntos de vista y a ir adaptando su discurso.
Así trabajamos las funciones ejecutivas en Infantil
Inspira, nuestro programa de proyectos globalizados para la etapa de Infantil, incluye sesiones en las que los alumnos trabajan las funciones ejecutivas. En los espacios de Neuroeducación de la Guía del maestro se da información y orientaciones sobre las funciones que se trabajan en las actividades relacionadas, así como varias propuestas para complementarlas. ¡Descarga muestras gratuitas para ver las sesiones de Inspira!