Según el último Informe PISA, el 46% de los alumnos españoles expresan que los deberes de matemáticas les generan «mucha tensión». El 39% dice que les hace sentir «indefensión» y al 76% le preocupaba sacar mala nota en esta asignatura. Este fenómeno, conocido como ansiedad matemática, no solo afecta al rendimiento académico de los estudiantes, sino también a su bienestar emocional.
En el artículo Pruebas PISA: cómo enseñar y practicar matemáticas para mejorar resultados ya hablamos sobre cómo prepara a los alumnos para estas pruebas, pero ahora nos centraremos en la parte más experiencial de las matemáticas. Analizamos las causas de la ansiedad matemática y su impacto a largo plazo, y proporcionaremos estrategias prácticas para ayudar a los alumnos de primaria y secundaria a superarla.
La ansiedad matemática en las aulas
Las matemáticas, con su naturaleza abstracta y la necesidad constante de resolver problemas, pueden ser un desafío para muchos alumnos.
Los resultados de PISA indican un descenso del rendimiento en la competencia matemática, y puede que uno de los factores que impida a los estudiantes mejorar sus resultados y disfrutar aprendiendo matemáticas, sea precisamente que la viven como un desafío imposible, a causa de la ansiedad matemática.
Sabemos que un bloqueo del alumno en el aprendizaje de las matemáticas puede conllevar dificultades progresivas, ya que es una materia que construye el nuevo conocimiento sobre lo ya aprendido.
Si un estudiante experimenta dificultades y no logra superarlas, se generan sentimientos de incapacidad y frustración que pueden afectar su desempeño en matemáticas.
Abordar estas dificultades en el aprendizaje de las matemáticas es fundamental para evitar que se conviertan en una barrera insuperable. Antes de entrar en detalle con la ansiedad matemáticas, enlazamos la guía Detectar y prevenir dificultades en el aprendizaje de las matemáticas. También dejamos actividades de matemáticas para primaria, con indicaciones para atender la diversidad y trabajar las dificultades. ¡Toda ayuda es buena en el aula!
Emociones y matemáticas en el currículo escolar
Las emociones juegan un papel crucial en la ansiedad matemática; así lo explica Rocío Garrido, profesora de Didáctica de las matemáticas de la Universidad Autónoma de Madrid, que realizó su tesis sobre comparación entre los resultados de PISA entre países enfocándose en lo socioafectivo: la emoción, las actitudes y las creencias son aspectos intrínsecos que contribuyen al fenómeno de la ansiedad matemática. Un componente clave que aborda los tres aspectos es la mentalidad de crecimiento, que implica la creencia de que las habilidades se pueden desarrollar, transformando la actitud y redirigiendo las emociones hacia un objetivo de superación.
La psicóloga Carol Dweck ha desarrollado esta popular teoría de la mentalidad de crecimiento, destacando la importancia de ver los desafíos y los fracasos como oportunidades de aprendizaje. En el contexto de las matemáticas, esto significa fomentar una actitud positiva hacia los problemas difíciles y animar a los estudiantes a explorar diversas formas de abordarlos.
Según el Informe PISA, el 62% de los estudiantes en España muestra una mentalidad de crecimiento, lo cual es alentador. La inclusión de la mentalidad de crecimiento en el currículo escolar puede ser una estrategia efectiva para abordar la ansiedad matemática desde sus raíces. Además, el currículo español incorpora el sentido socioafectivo, que busca promover el desarrollo emocional y social de los estudiantes. Este enfoque integral reconoce la importancia de las emociones en el proceso de aprendizaje y proporciona herramientas para abordar la ansiedad matemática desde una perspectiva emocional y relacional.
Estrategias para superar la ansiedad hacia las matemáticas
Superar la ansiedad matemática no es simplemente cuestión de preguntar cómo se sienten los estudiantes o evaluar su actitud; es un proceso que requiere tiempo y dedicación en el aula. Para lograrlo, presentamos algunas estrategias prácticas que ayudarán a los alumnos:
- Acompañamiento al momento. Proporcionar apoyo es esencial para abordar la ansiedad matemática. Esto implica evitar situaciones que puedan generar estrés, como pedir a los alumnos que resuelvan problemas en la pizarra delante de sus compañeros. En lugar de eso, podemos ayudarlos a corregir sus errores y mejorar de forma más individualizada, discreta y personalizada; mucho más cómoda y efectiva para el estudiante que la exposición pública.
- Lista de registro y autoevaluación. Romper con la percepción negativa de que «siempre me va mal» mediante la autoevaluación con un porfolio. Los alumnos pueden mantener un registro de sus actividades y proyectos, en los que verás sus logros y progresos. Este enfoque ayuda a cambiar la autoimagen del estudiante y construir una narrativa positiva en torno a sus habilidades. Un ejemplo es esta tabla, de Los juegos de Lemon de nuestro programa de matemáticas EMAT, en la que los alumnos anotan su evolución en cálculo mental.
- Retroalimentación del problema. Al abordar los problemas matemáticos, es importante proporcionar retroalimentación específica sobre el planteamiento, el proceso y el resultado. Esto ayuda a corregir errores y fortalece la comprensión conceptual y las habilidades de resolución de problemas. Los organizadores o rúbricas de autoevaluación de resolución de problema también son útiles.
- Evaluación del nivel de ayuda. En lugar de centrarnos solo en poner una nota, es recomendable evaluar el nivel de ayuda que ha necesitado el alumno. Esta evaluación puede proporcionar información valiosa sobre el tipo de apoyo requerido y guiar las intervenciones pedagógicas de manera más efectiva.
- Tiempo final de reflexión. Al final de cada sesión, se puede asignar tiempo para que los alumnos reflexionen sobre cómo se han sentido durante la clase. Esta práctica fomenta la conciencia emocional y permite expresar inquietudes y celebrar éxitos.
La ansiedad matemática es un desafío importante, pero con enfoques pedagógicos adecuados y estrategias emocionales, podemos ayudar a los alumnos a superar esta barrera. Fomentar una mentalidad de crecimiento, proporcionar apoyo individualizado y utilizar métodos interactivos mejorarán la experiencia de los alumnos en clase de matemáticas. No solo se trata de mejorar el rendimiento académico, sino de construir una base sólida para el desarrollo.
Como vemos, abordar la ansiedad matemática no es solo responsabilidad de los alumnos; los docentes también tenemos un papel importante. Aplicando las estrategias compartidas e identificando las dificultades de los alumnos, convertiremos el aula de matemáticas en un espacio seguro y cómodo para aprender, dejando fuera la ansiedad, la frustración y las inseguridades que bloquean el aprendizaje.