Comenzamos con una nueva sección: Puntos de vista. Un espacio semanal donde cada miércoles entrevistaremos a diferentes personas relacionadas con el mundo de la educación.
Alejandro Gámiz es profesor de Geografía e Historia, entre otras materias, desde hace 13 años en el colegio salesiano de Carmona, Sevilla. Escribe desde hace tres en su blog Un candil en el patio, vinculado a Revista 21, donde asegura: “Cada día me gusta más dar clases”.
¿Qué es para ti la educación?
La educación para mi es vocación, trabajo y dedicación. Es la base que construye a la persona, la que posibilita que una persona pueda desarrollarse plenamente. Es imprescindible para un mundo mejor una mejor educación para todos. Y para ello es necesario personas que nos creamos lo que hacemos. Y sobre todo para mí, aunque quede algo sensiblero, la educación es amor, porque sin amor es muy difícil educar.
¿Cómo entiendes la educación del siglo XXI? ¿Hacia dónde debería encaminarse?
Cada día compruebo en casa como los niños pequeños son pura imaginación, creatividad y curiosidad. Están ansiosos por aprender cosas nuevas. Disfrutan yendo a la escuela. Por ello, me duele comprobar como los adolescentes de hoy, en su gran mayoría, reniegan del colegio. Para ellos, la escuela es sinónimo de pesadez, carga y aburrimiento. Esa creatividad, esas ganas de aprender que todos los niños tienen han desaparecido. ¿Qué ha pasado por el camino? Pues un sistema educativo que no responde a las necesidades de nuestros alumnos. Un sistema educativo que mantiene la competitividad. Un sistema educativo que penaliza el error. Un sistema educativo en pleno siglo XXI, pero con metodologías y sistemas de evaluación propios de otro tiempo.
Hacia dónde debería encaminarse…el día que hagamos entender a nuestros alumnos y a sus familias que a la escuela no se va a “estudiar”, sino a aprender. Ese día habremos iniciado el camino. Entender el aprendizaje como un almacenamiento de datos y mera memorización es un pecado capital que llevamos décadas padeciendo. Creo en una educación que ayude a los chavales a desarrollar sus capacidades, encontrar su vocación y saber gestionar sus emociones. Aprender unos de otros, colaborar, participar y sobre todo compartir, estas son las claves en las que debiera moverse la educación de hoy.
¿Cómo crees que debería ser el profesor del siglo XXI? ¿Y cómo debería entender al alumnado?
El profesor sabelotodo al que no se le puede rechistar ya no existe. Los roles han cambiado. El profesor debe dejar el protagonismo del aprendizaje a sus alumnos. La figura del profesor debe encaminarse más a una especie de guía para sus alumnos, un acompañante en su proceso de aprendizaje.
El profesor es lo que sean sus alumnos. No es nada sin ellos. Por ello, todo profesor debe entender a su alumnado como lo más importante de sus clases. Respetarlos, entenderlos y empatizar mucho con ellos. Cuánto más les des, más recibirás de ellos.
¿Qué es lo que más te gusta de ser educador?
El que trabaja con jóvenes y en educación sabe que nuestra misión es complicada, trabajas día a día poniendo una semilla que no sabes si dará sus frutos. Y si los hay, posiblemente tú no los verás. Es duro, agotador, a veces ingrato y decepcionante, pero a la vez te llena de momentos únicos que recordarás toda la vida y, sobre todo, de personas que te llenan de alegría. Con diferencia, lo mejor de ser educador es todo lo que aprendes de tus alumnos. Que antiguos alumnos te recuerden y vengan a saludarte es de lo más reconfortante.
¿Cómo preparas tus clases? ¿Haces uso de las nuevas tecnologías en ellas?
Trabajo en un colegio pequeño, doy ocho asignaturas distintas. Y a veces, es difícil no caer en la rutina y hacer lo de siempre. Pero es un reto para todo educador estar al día. Preparar las clases requiere tiempo y sobre todo saber elegir entre la multitud de recursos que hoy en día disponemos los docentes. Si bien tengo que reconocer que a veces las mejores clases han sido resultado de la improvisación o incluso de sugerencias de los propios alumnos. Siempre intento pasármelo bien en clase. Si el profesor se lo pasa bien es muy probable que sus alumnos así lo hagan.
El ordenador está siendo imprescindible prácticamente para casi todas las clases. Las presentaciones, la búsqueda y gestión de información, las redes sociales. Este año estoy utilizando en clase Edmodo, una red social exclusivamente educativa, y los resultados están siendo muy buenos. La tecnología nos ayuda mucho, siempre y cuando le demos el uso adecuado y no nos convirtamos en esclavos de la misma.
Llevas desde septiembre de 2010 escribiendo Un candil en el patio, ¿fue difícil coger el hábito? ¿Qué es lo que más te gusta de escribir tu propio blog?
No es fácil ser constante en un blog. Admiro al que lo consigue, a mi me cuesta mucho. Pero sí tengo que reconocer que, poner por escrito mis pensamientos y reflexiones y lo que pueda compartir con otros compañeros me ayuda a ser mejor educador. La verdad es que nunca pensé tener un blog y desde aquí quiero agradecer a Revista 21, donde está el blog, que me diera la oportunidad. Está siendo una magnífica experiencia. Con todo, lo primero de un profesor son sus clases y sus alumnos. Ese es el norte para un educador y nada te puede distraer de eso.
¿Qué red social ves más útil para la compartir contenidos y metodologías educativas?
Personalmente para mi Twitter está siendo una experiencia muy buena. He conocido a gente muy interesante. Además esta red social resume en su ser algo que es fundamental en la educación de hoy: compartir. Trabajos colaborativos entre docentes de distintos centros y distintas comunidades educativas es un buen ejemplo de ello. Hay cientos de profesores que con los trabajos, experiencias o planteamientos que ponen a disposición de otros docentes hacen de la red un lugar de encuentro y aprendizaje. Con Twitter, bien usado, se aprende y mucho.