El término innovación educativa ha ido asociado al nombre de Montserrat del Pozo desde que empezó su carrera docente. Premio de innovación educativa 2010 y 2014, Del Pozo lleva más de 35 años como docente y ha dedicado toda su vida a investigar las teorías más innovadoras de la educación. Se ha convertido en una de las voces más respetadas si hablamos de innovación pedagógica en nuestro país al implementar con gran éxito la teoría de las inteligencias múltiples en el Colegio Montserrat de Barcelona.
A raíz del webinar que pudimos realizar con ella y al que asistieron más de 6.000 personas y que ya puedes ver de nuevo haciendo clic aquí, hemos extraído 8 consejos para liderar la educación en tiempos de crisis.
Con toda la situación del covid19 que hemos vivido se hace más importante que nunca escuchar a quienes están liderando la innovación educativa así que: ¡disfrutad de los consejos de Montserrat Del Pozo!
8 consejos para liderar la educación en tiempos de crisis, según Montserrat Del Pozo
- Priorizar el estado emocional. Es importantísimo saber la situación del niño o niña. Los tutores han de saber entonces qué equipo tiene en casa, o qué situación económica tiene, etc. Conocer la situación del niño, dice, es clave. El equipo directivo debe priorizar eso, el estado emocional.
- Redefinir lo esencial. El cambio de paradigma es sistémico y para ello hay que ir más allá de la personalización y del currículum. Por eso creo que ahora no habrá un cambio de paradigma, pero sí cambios significativos que puedan inducir en un cambio de paradigma. La pandemia nos ha hecho redefinir los cambios que se pueden realizar en un centro: redefinir qué es lo esencial del currículum, que para Del Pozo son lo emocional y la resiliencia.
- La metodología debe ser por competencias y por proyectos. Por retos. Y la evaluación debe ser por evidencias. No debe ser sumativa sino del proceso.
- El papel de la tecnología. En el profesor, no cambia que sepa más tecnología, sino saber aprovechar lo sincrónico (el momento) y lo asincrónico (lo que puedo hacer para que haga el estudiante). Lo que no cambia es la cercanía. Y en lo organizativo (espacio y tiempo) también hay que incidir. Organizativamente, sí hay una revolución. Tendremos que generar cambios. La tecnología no trae el cambio. Volver a lo tradicional, por supuesto que en muchos colegios pasará. Y hay gente que espera que termine esto para volver a lo tradicional, pero los niños no son los mismos. Vienen de que las clases estén vacías. Pensar en volver a lo tradicional es una falacia porque nadie regresa igual de una crisis así.
- El derecho a la educación es derecho a Internet. No es estar conectados (no podemos escolarizar con la tecnología las casas) sino que un niño puede asincrónicamente recibir el aprendizaje. Y también encontrarse con los compañeros, seguir con el aprendizaje cooperativo, etc. Con los grupos base y los tutores hemos trabajado igual el cooperativo.
- Aprovechar la relación con la familia. Con la familia se ha tenido una relación personal que antes no existía y hay que aprovecharla. La relación con el tutor nadie lo quiere perder. No es que la familia venga a ver actividades, sino que ha participado en el aprendizaje de su hijo o hija.
- Con un buen proyecto, un niño o niña sabe desarrollar competencias. Más que explicar a los padres, es cuestión de poner ejemplos y de que con los proyectos vayan viendo todo el tema de las competencias.
- La responsabilidad de los padres. Nunca debemos responsabilizar a los padres de la educación de sus hijos en tiempos de crisis y menos en tiempos de confinamiento.
¿Qué debe priorizar el colegio después de una crisis?
- Las decisiones que se tomen ahora son las importantes. Es necesario saber qué es lo que hemos aprendido de la pandemia y qué es lo que no queremos dejar. Primero se debe escuchar. Generar una planificación de cómo podemos escuchar y que la familia, niños, docentes… nos digan qué quieren que prevalezca de todo esto que ha pasado. Lo primero es escuchar para tener datos reales.
- Después, realizar eventos networking para recoger los datos. Que los datos sean reales, que den respuesta a la pregunta ‘¿qué queremos que quede de esta situación?’, con datos reales. Hemos de diseñar a nivel de contextos en este diseño y sobre todo, saber el porqué queremos hacerlo.
- Finalmente, hemos de ser como un radiador. Contagiarnos (el equipo directivo) de personas optimistas, que sueñan, que tienen ganas de hacer cosas. Es decir, llevar a cabo las acciones pertinentes y sobre todo rodearse de gente con ganas de hacer algo. De llevar a cabo un cambio.
¿Cómo motivar a los equipos directivos?
- Entusiasmar. Puede que sea idealista, pero para motivar a un equipo directivo hay que entusiasmar. Y solo entusiasmas si estás entusiasmado. Para motivar deben saber el porqué y el para qué de la propia vida. Hay que vivir, gozar.
- Inspirar. Importante es saber ayudar a las personas del porqué y para qué hacen las cosas. Aunque las situaciones sean precarias. También hay que inspirar. ¿Y cómo inspiras? Pensando a lo grande y cuidando los pequeños detalles. A todo el mundo le gusta estar con personas que piensan a lo grande.
- Escuchar. Ayudar y hablar uno a uno también resulta distinto. En ese liderazgo hay que saber escuchar de manera individual y generar una cultura de la escucha. Nadie es pasajero, hay que escuchar a todo el mundo. El capital humano y social, si lo sabemos aprovechar, contagia en las salas de profesores. Hay que aprovechar eso.
Y para acabar, tres grandes frases que nos dejó Montserrat Del Pozo en el webinar
- «La crisis del coronavirus ha humanizado la situación; delante de una situación difícil, los colegios han sido capaces de dar respuestas y comunicarse bien con las familias. Sobre todo, ha habido responsabilidad».
- «Hemos visto como los equipos directivos han sabido aportar y se ha hecho bien, en general. El equipo directivo ha abrazado lo complejo, de un día para otro, y ha tenido un liderazgo único. Los colegios que no tenían una estructura organizativa sólida han sufrido mucho».
- «Todo el mundo cree que debe cambiar la educación, pero todo el mundo dice «pero». Esa coletilla es la que debemos cambiar por un «y». Es decir, «sí, hagámoslo y veamos cómo podríamos hacerlo».