Existen multitud de factores que determinan el rumbo del aprendizaje de la lectura y la escritura. El factor emocional es una clave fundamental que debe ser atendido en todo proceso de enseñanza-aprendizaje y que es decisivo, especialmente, en el aprendizaje de la lectoescritura.
El aprendizaje de la lectoescritura es un proceso que puede resultar apasionante para algunos niños y muy frustrante para otros. Por ello, generar un entorno que fomente el refuerzo positivo y no castigar el error es esencial para que los niños no se desmotiven ni se desilusionen.
- Error como mecanismo de aprendizaje
Los errores forman parte de todo proceso de enseñanza-aprendizaje, por ello, cometerlos no es signo de ignorancia o falta de conocimiento, sino de que se está llevando a cabo un intento de comprensión. Es muy importante que los niños entiendan el error como un mecanismo de aprendizaje y no como una falta.
- Lectura atrayente
El aprendizaje de la lectoescritura es un proceso apasionante para los niños en el que cada pequeño logro les abre nuevas puertas a un mundo lleno de posibilidades. Por ello, forzar su aprendizaje puede generar desmotivación y falta de interés.
- Buena base emocional
La inteligencia emocional juega un papel muy importante en el proceso de aprendizaje de la lectoescritura; la construcción de una buena base de confianza para saber afrontar las dificultades y no caer en la frustración es fundamental para los niños.
- Refuerzo positivo
Premiar el esfuerzo y cada pequeño logro es muy importante para motivar a los niños y afianzar su autoestima.
- Entorno favorable
El entorno debe ser el adecuado para estimular al alumno. Un entorno favorable de aprendizaje en el que los libros y los distintos materiales de lectura estén al alcance de los niños genera un contexto natural en el que la palabra escrita no es algo ajeno o impuesto, sino agradable e inherente a su realidad más inmediata.